La sede que albergó la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD III), que en la actualidad conocemos como Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), fue un espacio donde convergieron las artes plásticas y las artes populares. Allí, figuraron en distintas actividades y se entrelazaron con la arquitectura del edificio. Dada la atención mundial que recibiría este lugar, las autoridades consideraron que debía reunir una muestra de obras artísticas y culturales del país, a lo que se sumó el objetivo de que, una vez que cumpliera su propósito para la UNCTAD III, tendría que consolidarse como el nuevo centro cultural de la ciudad de Santiago. En la búsqueda por construir un edificio que congeniara criterios estéticos y funcionales, el proyecto apostó por un modelo de arte integrado, es decir, una construcción que se pensara desde un inicio con las creaciones. La selección de estas obras dependió de dos criterios: “dar oportunidad de expresar lo suyo a creadores populares, mejor dicho, a los artistas que en diversas regiones del país ejecutan obras de índole folklórica con un alto grado de tipicidad” y “dar oportunidad a algunos pintores “cultos”” (p. 23). Así, las manifestaciones artísticas populares que los visitantes contemplaron en la UNCTAD fueron un bordado de gran formato de las Bordadoras de Isla Negra, un tapiz también de gran formato de Héctor Herrera y peces de mimbre realizaron por Luis “Manzanito” Manzano. Entre las actividades vinculadas a las artesanías y las artes populares que se desarrollaron en el marco de la UNCTAD III, se encuentra la Muestra Artesanal del Pacto Andino, donde participaron Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y Chile con obras representativas de las prácticas artesanales de cada país. Además, de acuerdo a la prensa de la época, la Coordinadora de Centros de Madres (COCEMA) contó con un local de venta y exposición de artesanía en el zócalo del edificio que persistía en el modelo sin fines de lucro de las Galerías Artesanales. Allí, había artesanía de todo el país: “los canastos, pájaros y cestería de los chilotes; las maderas de Villarica; los tejidos mapuches; las gredas de Pilén, Quinchamalí, Pomaire; las alfombras, mantas y fajas del norte; los objetos labrados en piedra de Toconao, las monturas, cueros y ponchos sureños”.